A medida que nuestros mayores envejecen, su cuerpo empieza a perder autonomía imposibilitándoles realizar ciertas tareas con normalidad. En estos casos, resulta necesaria la intervención de una segunda persona que les ayude en su día a día. El problema aparece cuando niegan la evidencia o no aceptan ser asistidos, ¿qué debemos o podemos hacer?
Por qué no se dejan ayudar las personas mayores
Existen situaciones en las que nuestros mayores se resisten a recibir ayuda externa. Para muchos no resulta sencillo asumir que ya no podrán realizar ciertas acciones que hasta hace poco eran capaces de hacer. Sumado a eso, suelen tener reticencias a que un desconocido les ofrezca su ayuda, lo que les lleva muchas veces a no pedir ayuda intentando realizar actividades que pueden acabar siendo perjudiciales para su salud.
Por ese motivo, es vital detectar el momento en el que nuestros mayores necesitan ayuda. Una vez que reconozcan esa necesidad, tendremos mucho camino ganado. Pero, ¿y si no están dispuestos a recibir ayuda? ¿Cómo cuidamos de ellos?
Qué hacer cuando una persona mayor no se deja ayudar
1. Mantener la calma
Lo primero que debemos de hacer es mantener la calma. En muchas ocasiones la angustia que sentimos se la transmitimos a ellos, agravando aun más la situación. Por lo que debemos afrontar el problema con la máxima tranquilidad y paciencia posible.
2. Escucha activa
Por ese motivo, la comunicación y la empatía adquieren un papel fundamental. Hay que intentar hablar con ellos sobre el tema, pero sobre todo escucharlos, conocer el motivo real por el que no se dejan ayudar. A veces tomamos nuestras propias decisiones pensando lo mejor para ellos, sin dejarles que expresen lo que piensan y sienten. ¿Y si realmente no es lo que quieren?
3. Evitar una ayuda forzada
Aunque les estemos ofreciendo nuestra ayuda, no debemos imponérsela. Las personas mayores tienen el mismo derecho que nosotros a la hora de decidir. Podemos ayudarles y aconsejarles para intentar que tengan una mejor calidad de vida, pero dejando las obligaciones a un lado. Les podemos mostrar casos de personas cercanas para que vean cómo la asistencia puede ser muy beneficiosa para mejorar su calidad de vida.
4. Recurrir a profesionales
En el caso de que no nos veamos capaces de afrontar esta situación, siempre podemos acudir a un psicólogo especializado en trabajar con este tipo de escenarios. Son expertos que median entre ambas partes intentando encontrar puntos en común.
5. Los cambios siempre paulatinamente
Conviene que los cambios se vayan introduciendo de una forma gradual. En un primer momento, intentaremos evitar nombrar la palabra ayuda externa o residencia. Sacarles de su zona de confort suele aumentar aun más su reticencia.
6. Servicio de atención socio sanitaria
Si los familiares no podemos hacernos cargo, dependiendo de las necesidades de la persona mayor, podemos contratar un servicio de atención socio sanitaria durante unas horas determinadas a la semana. De este modo, estaremos logrando que nuestros mayores perciban que siguen en un lugar conocido y que todavía continúan teniendo cierta autonomía.
Cómo trabajamos la ayuda para nuestros mayores en ubikare
ubikare cuenta con profesionales que te ayudan a entender la situación y a decidir cómo se quiere abordarla. Trabajamos para buscar respuestas sin presiones, escuchando, trazando datos objetivos y definiendo la decisión correcta.
El cambio personal o de vida, requiere un proceso de adaptación y cada persona tiene su propio ritmo para asimilar la información y comenzar con el cambio. Incluso en este tiempo de estado de alarma, donde las personas se han visto forzadas a cambios importantes, no han podido despedirse de sus seres queridos y su autonomía física, cognitiva y emocional se han visto dañadas, desde ubikare hemos seguido trabajando cerca de las personas. Porque nuestros usuarios siempre van a podrán contar con nuestro compromiso y con la empatía de nuestros trabajadores.